Cultura
Leer, cocinar y compartir: los cookbook club llegan a Chile
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La directora de la revista Fondo (@revistafondo), Isidora Díaz, vivió en Estados Unidos y, mientras estaba allá, el 2015, formó parte de un Cookbook Club: un grupo de personas que elige un libro de cocina (o un autor), luego cada una prepara una receta del libro y finalmente se juntan a comer y conversar al respecto.
Para ella, participar de este club, que aún sigue activo, fue una forma de hacer amistades, aprender sobre ingredientes y cocinas del mundo, nuevas técnicas y combinaciones. “De regreso en Chile, y extrañando esas noches de patache duro y puro, le di muchas vueltas -quizá por demasiado tiempo- a la idea de armar un club acá”, dice Isidora.
“Hasta que un día, hablando de otra cosa con Dalal Halabi (periodista y cocinera), me iluminé y se me ocurrió proponérselo. No la conocía mucho, pero me tincó qué prendería, y así fue”.
“Hasta que un día, hablando de otra cosa con Dalal Halabi (periodista y cocinera), me iluminé y se me ocurrió proponérselo. No la conocía mucho, pero me tincó qué prendería, y así fue”.
A este dúo amante de la cocina rápidamente se sumaron otras sibaritas: la chef Camila Moreno, la cientista política Javiera de los Ríos, la licenciada en historia Josefina Herrera y la abogada y cocinera Augusta Quiñones (@thesimplelife.cl).
La primera sesión del Cookbook Club, que hicieron a principios de junio, giró en torno al premiado chef Yotam Ottolenghi. “La mayoría tenía sus libros, otras lo seguíamos hace rato y otras no lo conocían. Finalmente, fue un acierto, salieron recetas maravillosas”, cuenta Dalal Halabi.
“Es un grupo muy variado y entretenido de mujeres muy power, además que todas cocinan increíble, incluso las que dicen que son ‘cocineras de charquicán’. Y eso es más entretenido aún, porque además de aprender, comemos rico, maridamos y nos reímos”.
Aunque su referente más directo fue el Cookbook Club del que Isidora participó en Ohio, la idea original viene de un artículo del sitio Serious Eats, donde se describe qué son y cómo funcionan. Bajo el título Por qué los Cookbook Clubs deberían ser la nueva forma de entretenimiento, la escritora Tara Austen Weaver lista algunas de las grandes gracias de estos clubes, como la posibilidad de salir de la zona de confort en la cocina, “porque el apoyo y la resolución de problemas forman parte de la estructura del grupo”, escribe.
De hecho, Dalal cuenta que armaron un grupo de WhatsApp para apoyarse y mandarse ideas.
Además, destaca lo mismo que le hizo sentido a Isidora mientras vivía fuera de Chile: más que disfrutar la comida, estos clubes sirven para conectar con otras personas.
“Esa puede ser la mayor recompensa del Cookbook Club: durante todos estos meses de reunirnos y comer juntas, nos hemos hecho amigas. Han surgido ramificaciones del club: el viaje anual a recolectar manzanas, un intercambio de galletas navideñas, una cita para tomar un café los sábados por la mañana. De alguna manera, a través de meses de cocinar con los mismos libros, nos hemos convertido en una comunidad”, escribe Tara Austen Weaver.
Para las creadoras del Cookbook Club, lo mejor de este formato es compartir y conocer gente nueva. “La idea es ir admitiendo nuevos integrantes al club. Les tiene que gustar la cocina y la conversación que se desarrolla a lo largo del mes en que elegimos los libros”, explican.
“Fue una noche de cocina, conversación y probar sabores nuevos. Los aromas en esa casa eran espectaculares y resultó un banquete bien regado. Esto de atrevernos a cocinar sin cambiar una receta, seguir instrucciones de un libro y meternos en la cabeza del autor fue maravilloso”.
Además, cuentan que cuando publicaron en sus redes sociales sobre el encuentro les escribió mucha gente para saber cómo se hacía y cuál era el formato. “Esperamos ver varios nuevos clubes”.
Algunos consejos para empezar un club
La idea de los clubes de cocina es que sean simples: cada uno puede preparar las recetas de acuerdo a sus habilidades o tiempo. Recopilamos algunos consejos que pueden servir como guía:
• Usa un documento compartido para que cada uno anote qué receta va a preparar el día del encuentro. Así, no se repiten y es más probable que haya de todo un poco.
• Lee bien la receta elegida: busca los ingredientes con tiempo.
• Atención con las restricciones alimentarias: si hay celíacos, intolerantes a la lactosa o personas con otro tipo de alergias, que quede claro desde el principio, para que haya opciones para todos.
• Si no eres el anfitrión, elige una receta que sea fácil de transportar.
• Acordar una periodicidad realista: aunque decidir juntarse una vez al mes puede sonar bien, tal vez es más fácil hacerlo cada seis semanas o mes por medio. Además, asumir que siempre puede faltar alguien, sobre todo en grupos grandes, le quita mucha presión.
• No es necesario comprar el libro: se puede pedir en la biblioteca, hojear en la librería, conseguir con amigos o arrendar en la Biblioteca Pública Digital (bpdigital.cl).
• No es necesario que todos los miembros del club se conozcan. De hecho, mientras más desconocidos puede ser mejor.
• Usa un documento compartido para que cada uno anote qué receta va a preparar el día del encuentro. Así, no se repiten y es más probable que haya de todo un poco.
• Lee bien la receta elegida: busca los ingredientes con tiempo.
• Atención con las restricciones alimentarias: si hay celíacos, intolerantes a la lactosa o personas con otro tipo de alergias, que quede claro desde el principio, para que haya opciones para todos.
• Si no eres el anfitrión, elige una receta que sea fácil de transportar.
• Acordar una periodicidad realista: aunque decidir juntarse una vez al mes puede sonar bien, tal vez es más fácil hacerlo cada seis semanas o mes por medio. Además, asumir que siempre puede faltar alguien, sobre todo en grupos grandes, le quita mucha presión.
• No es necesario comprar el libro: se puede pedir en la biblioteca, hojear en la librería, conseguir con amigos o arrendar en la Biblioteca Pública Digital (bpdigital.cl).
• No es necesario que todos los miembros del club se conozcan. De hecho, mientras más desconocidos puede ser mejor.